viernes, 9 de diciembre de 2016

Gucci y su historia al cine

Sicarios, muerte y Gucci. Wong Kar Wai lleva al cine uno de los asesinatos más mediáticos del mundo de la moda. Una viuda negra en el imperio Gucci.

Maurizio Gucci e Patrizia Reggiani


Milán, 27 de marzo de 1995. El nieto del fundador de Gucci, Maurizio, sale de su residencia, como cada mañana, para dirigirse a las oficinas de la compañía, situadas a pocos metros de su casa. Tiene 46 años, preside la firma y es el último heredero de una empresa hasta entonces familiar (había vendido el 50% a un grupo inversor árabe). El último eslabón de una estirpe. Un lugar en el que están también los Prada, los Versace, los Missoni… En Italia, todo el mundo sabe de qué se habla cuando se habla de las familias de la moda.

El señor Gucci bajó las escaleras de su edificio del centro de Milán y se despidió del conserje. Se montó en su coche y el chófer lo llevó hasta el cuartel general de Gucci. Al subir las escaleras, un encapuchado lo asesinó de tres tiros. Las primeras teorías apuntaron a la mafia y a un grupo criminal organizado con conexiones en Oriente Medio. Parecía un ajuste de cuentas que tenía que ver con los negocios del patriarca. Pero nada más lejos de la realidad. La culpable no podía estar más cerca. Patrizia Reggiani, su exmujer, fue detenida por la policía italiana en 1997 tras dos años de investigación acusada de encargar el asesinato de Maurizio. El matrimonio tenía dos hijas que se convirtieron inmediatamente en herederas universales de la fortuna Gucci. Ahí, justamente,estaba el móvil.


Patrizia llorosa durante el funeral





Maurizio Gucci y Paola Franchi, su novia




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